Albert Baer­tsoen

Albert Baertsoen nació en el seno de una familia industrial gantesa. Fue prácticamente autodidacta, y se convirtió en uno de los protagonistas de la escena artística belga del fin de siècle. Tuvo un éxito fulgurante. En 1888, con tan solo 22 años, ganó la medalla de oro en el Salón de Amberes. Después creó una impresionante red de expertos en arte, coleccionistas y compañeros artistas. Sus contemporáneos le pusieron el apodo “le peintre de Gand” (el pintor de Gante) por su amor particular por la ciudad de Gante, que a menudo protagonizaba sus obras. A día de hoy, aún se pueden reconocer en su obra numerosos paisajes urbanos que persisten en la actualidad. Baertsoen se convirtió en un paisajista muy apreciado, al que le gustaba representar la región del río Escalda, el Mar del Norte y las zonas interiores, así como los paisajes industriales de Lieja.

El éxito de Albert Baertsoen se propagó mucho más allá de la frontera belga. A principios del siglo XX, fue uno de los artistas belgas más expuestos a nivel internacional (entre otros, en la Bienal de Venecia y la Secesión de Viena). Este éxito internacional se lo debía en parte a su amplia red de contactos y a su estilo impresionista particular.